jueves, 21 de febrero de 2019



     Vivir, con lo que te encuentras cada día. Vivir, aun cuando duela, evitando al ego y sus vanidades, envidias, rencores, venganzas o tontas pataletas (aunque en algún momento no pueda uno evitar revelarse, pero cuando menos mejor). Vivir admirando el árbol que tienes enfrente de casa y la luz del día en estos que son soleados en este febrero. Vivir a pesar de todo el carro de pastillas y crisis de angustia pasajeras. Disfrutar la tarde cuando ya todo monstruo se ha ido. Disfrutar de este escrito mientras lo haces y te saca los demonios.
      Vivir aunque puedas sentirte extranjero a veces, vivir aunque a veces no encuentres tu sitio. Vivir recordando a los que quieres y te quieren, aquellos que no te juzgan y aceptan lo que eres. Vivir, agradecido a unas cuantas cosas. Vivir dejando que el dolor se quede o vaya , pero vivir.